En la ley contra la discriminación, del gobierno español, no parece contemplar todas las discriminaciones convencionales ó de siempre; por ejemplo, la del aspecto fisonómico, por el motivo de estatura, entre otros, pues, al parecer, para el gobierno, este asunto ha de ser todavía, como siempre ha sido; motivo de burla y chanza, pero, hay gente que no comparte esta idea. Por este motivo, hay, ha habido y habrá desgracias, siempre, y las desgracias vienen de sorpesa, imprevistas.
El bicicante de las leyes



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