Puesto que el Partido Popular no ha ganado las elecciones, el gobierno valenciano, del mismo partido, no ha querido esperar cuatro años y ha instaurado la ley polémica del programa del PP, para imponer a los inmigrantes que firmen el acuerdo de adaptación a las costumbres españolas (ó valencianas), el problema puede ser, que en vez de entender que en este país hay una democracia, unas leyes y una conciencia, que mucha gente de costumbres las cuales resultan delictivas y discriminadoras para nuestro país, los inmigrantes tengan que pasear vestidos de falleros y falleras, tirar tracas durante todo el día y en todo rincón de la calle, recorrer en familia todas las fallas y comer paella y beber horchata en alguno de la infinidad de establecimientos que hay para ello, entre otras costumbres y cosas que no son costumbres; como el trasnocheo, el botellón, el afán de molestar al prójimo, visiones clasistas, socarronas y elitistas, etc. en vez de dejar en su país de origen determinadas costumbres y aceptar y comprender la mentalidad democrática y de igualdad de género, del país de acogida.
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